Al llegar Escandón a Tamaulipas a la mitad del S. XVIII,fue cruel con los indios, a los que sometía a trabajo esclavizante, o los mataba ,por lo que le llamaron el exterminador de los Pames.
Algunos pames huyeron de la Sierra Gorda, refugiándose en la misión de Río Verde, para continuar su peregrinar hacia Ocampo o Villa de Santa Bárbara y lugares vecinos, también se instalaron en Gómez Farías que en esa época, era parte de la Hacienda “El Chamal”.
La explotación inmoderada, de los indios, mestizos y criollos, dio por resultado que las mentes de los nativos se prepararan para responder a los llamados libertarios.
La gente que se estableció en la joya, a fines del S. XVIII, se quedó en el lugar al abrigo de las sierras, debido a que eran perseguidos por soldados españoles; en el estado de Tamaulipas como en la mayor parte del país, se gestaba la guerra de independencia; debido a la forma de gobierno, se incubó la idea de sacudirse el despotismo militar, la tiranía, fue así que criollos, mestizos e indígenas se sublevaron; el país permanecía en ebullición.
Los habitantes de la joya, vivían en un paraíso natural: exuberante vegetación tropical, frutas silvestres, hermosas flores, abundante fauna; cascadas, arroyos y unos metros más abajo, nacía el Río Frío donde podían obtener pescado. Aunque la naturaleza les proporcionaba suficientes alimentos, sembraban maíz, fríjol, café para complementar su alimentación. También cultivaban frutales.
Del mamey el duro tronco
picotea el carpintero
y en el frondoso manguero
hace su nido el turpial
Altamirano
En la sierra, había veredas y caminos que utilizaban los arrieros con sus bestias de carga, estas rutas de comunicación con Joya de Salas, Hacienda Chamal, Ocampo y Xicoténcatl, están señaladas en los mapas antiguos del Chamal debido a que la hacienda se extendía en gran parte de la sierra.
En la Joya, había personas que iban a los pueblos vecinos a vender productos de la tierra y a comprar lo que les hacía falta, bajaban con sus bestias y cruzaban los ríos Guayalejo y Frío, algunas veces el Río Sabinas, por puentes colgantes de enormes sabinos que bordeaban los ríos y por vados construidos con troncos; ellos mismos cumplían con la función de juglares, ya que llevaban y traían las noticias de lo que pasaba en los pueblos, lo que se comentaba en los tendajones, que eran fuente de información. Hacían sus historias cantadas al ritmo del huapango o del corrido mexicano .
LA JOYA DE SAN JOSÉ
En las primeras decadas del siglo XIX, aproximadamente cuarenta familias habitaban en la aldea;se enteraron de la consumación de la Independencia de México y en su momento, de que el Nuevo Santander, era ya el Estado de Tamaulipas ; más tarde, en 1824 llegó la noticia de que en Padilla se había integrado el Honorable Congreso del Estado; un año después, les llegó la noticia de que la capital era Aguayo (hoy Cd. Victoria).
En 1828, el Estado de Tamaulipas se había organizado ya en tres departamentos: el del norte; el del centro y el del sur, y era éste al que ellos correspondían.
La vida de la montaña, los vientos que llegaban desde el Golfo de México, el aire que respiraban, la comida saludable, la tranquilidad y armonía con que vivían, todo se conjugó para que la gente de la sierra fuera sana, e inteligente, supiera dar cauce a los problemas y solucionarlos.
Enterados de lo que sucedía en la capital, decidieron un día nombrar representantes para solicitar, ante el gobierno, la posesión de la tierra que ocupaban, donde vivían y tenían sus parcelas.
La distancia a la capital, Aguayo, era de más de 100 Km. y había que recorrerlos a caballo, pero esto no representó un obstáculo para ellos, hombres decididos y valientes, en ese año de 1828, fueron a llevar su petición al Gobierno del Estado.
Así fue que el 16 de enero de 1829, en sesión del Honorable Congreso del Estado, se firmó el decreto que autorizaba la dotación de tierras y en el acta quedó registrado el pueblito, como Joya de San José, congregación de Xicoténcatl. Un acontecimiento muy trascendental, ocurrido cuatro dias después hizo que ese decreto quedara archivado.El 20 de enerode ese año, se presentó, en las costas tamaulipecas,una expedición de reconquista comandada por Isidro Barradas y toda la atención se concentró en defender el territorio nacional.
En 1833, se presentó una epidemia de cólera en el estado, causando estragos en el pueblo; la vida de esa gente laboriosa continúa.Yel 26 de marzo de 1836, se presentó ante ellos el alcalde de Xicotencatl, Don Santiago de León, venía con instrucciones de Señor Gobernador del estado, Don José Antonio Fernandez Izaguirre ,de dar cumplimiento al decreto de 1829 : repartir la tierra.Cada familia recibió su parcela con gran regocijo
Los años pasaron, la población creció, los solares de las casas se llenaron con las casas de los hijos y como la cabecera municipal estaba a 35 Km.de distancia , los habitantes de aquel poblado solicitaron ante el gobernador Don Servando Canales, que les otorgara la categoría de municipio independiente.
Y asi fue que el Honorable Congreso del Estado ,mediante decreto emitido el 28 de septiembre de 1870,declara Villa de Gómez Farías, al poblado que había sido hasta ese día, congregación de Xicotencatl. El primer ayuntamiento de la Villa que empezó a ejercer el día 1 de enero de 1871,quedó integrado por : El Presidente Municipal Don Miguel Montemayor y tres regidores:Antonio de la Fuente,Andrés Hernandez y Trinidad Ferretes.
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